lunes, 29 de enero de 2018

Pasitos

Al final pasa.
Al final pesa y pisa.
Sí, por fin. Por fin me doy cuenta, doy gracias de poder abrir los ojos y querer mirar hacia el problema. Está ahí.
Ya no huyo, ta no corro, ya no me encierro en mí por miedo al conflicto. A hacerle frente.
Ya no barro mi mierda debajo de la alfombra. Ya no alimento a ese monstruo que vive debajo de ella.
Me siento libre.
Hoy me siento jodidamente felitriste.
Tengo una balanza de emociones super difícil de explicar. Los conflictos me roban y absorben mucha energía pero hoy he podido hacerles frente y, me han curado. El propio problema ha sido veneno y antídoto. 
He podido hacerle frente a mis emociones, he saltado el miedo, me he amado, abrazado y defendido. Y he decidido amarme. He espantado al monstruo y mi miedo de que se hiciese más grande se evaporó. 
Este año voy a cuidarme, a alejar todo lo malo, conflictivo y tóxico y voy a quererme a mi, a ser mi mejor pareja, mi mejor compañera, a cultivarme. 
No podemos dar vueltas en círculo a un problema esperando a que pase algo, a que se haga más pequeño, a hacernos daño con la huida. Tenemos que zanjarlo, ser nosotros los que lo cerremos con línea gruesa. El problema está ahí, míralo a los ojos firmemente, saludale y despidete. Pero hazlo.
Sí, duele, pero más duele seguir dando vueltas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario