Esa cara triste, con esas ojeras, esa forma de ser que hay veces que no me aguanto ni yo misma, tan borde y sosa que parezco un zombi andante.
Y aunque no lo parezca yo antes no era asi, era alegre, feliz, sonriente, inocente.. Pero cuando me di cuenta de la realidad, de que no todo es de color rosa, y de que el ratoncito perez no existia todo se fue a la mierda.
Y es que de pequeños siempre queremos ser mayores pero que equivocados estamos... De pequeños nuestra unica preocupación es que no halla nada asqueroso para cenar, que mi madre se levante de buen humor o que halla un postre rico para comer. Pero si tengo que nombrar las preocupaciones que tenemos ahora no acabo nunca. Por eso, ¿os pensáis que voy a estar con esta cara de gilipollas y amargada siempre? Viendo como mi vida pasa por delante y no hago anda con ella? No. Eso no. A partir de ahora volveré a ser esa niñita feliz que, aunque sepa que esta puta vida no va a llegar a nada, se levante de la cama con una sonrisa inocente, volvere a ser esa niñita sensible que llora por todo, volvere a ser yo. Pero un poco distinta, más fuerte. Porque a medida que crecemos vamos madurando, no digo que voy a ser un clon de ralph retrasada que coma con las manos pero nose.. No voy a amargarme mas por gilipolleces porque mi felicidad no depende de nadie, voy a ser yo, la que siempre fui.
-L.
No hay comentarios:
Publicar un comentario